RMOP - EL VIDEO DEL PAPA Diciembre - 2019

Cada niño que sufre es un grito que se eleva a Dios.

En ‘El Video del Papa’ de diciembre, el Santo Padre se ocupa de los más jóvenes, de los niños, para que en todos los países del mundo se tomen medidas que hagan de su futuro una prioridad.

En el mes de diciembre, El Video del Papa trata sobre tantos niños y niñas que hoy tienen un futuro incierto, sobre todo los que están sufriendo por diversas causas. Francisco insiste en que “cada niño marginado, cada niño abusado, cada niño abandonado, cada niño sin escuela, sin atenciones médicas, es un grito que se eleva a Dios”.

El pedido del Papa se enmarca en una situación de la niñez que exige medidas de acción. Según los Informes sobre el Estado Mundial de la Infancia del 2016 y del 2017, los niños y niñas suponen casi la mitad de los 900 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día. En el 2014, además, se comprobó que cerca de 160 millones de todos ellos presentaban retrasos en el crecimiento. En cuanto a la escolarización, a pesar de que se hayan conseguido logros en cuanto a la matriculación, existen alrededor de 124 millones de niños y niñas que no asisten a la escuela, un factor que se ve agravado por los conflictos armados que en muchos lugares son cada vez más prolongados. Lamentablemente, cerca de 250 millones de jóvenes viven en países o zonas afectadas por los conflictos armados. Estas condiciones sociales, económicas y bélicas obstaculizan su normal desarrollo y la búsqueda de un porvenir prometedor.

 El Santo Padre en el Video del Papa añade que cada uno de estos niños y niñas “es Cristo, que vino a nuestro mundo como un niño indefenso”. Ayudarlos, evitarles el sufrimiento y brindarles oportunidades es una manera de no cortar sus raíces, de no oscurecer su futuro, porque “es Cristo quien nos está mirando en cada uno de esos niños”.

Recemos pues y actuemos “para que todos los países decidan tomar medidas necesarias para hacer que el futuro de los niños sea una prioridad, especialmente el futuro de los niños que hoy están sufriendo”. Pues, como también Francisco recordó en otra ocasión, “son el presente”.